Caribe
El tres cubano que suena lo hace con una figura melódica de changüí, música y festejo popular creada y mantenida por familias campesinas a mediados del siglo XIX en la provincia cubana de Guantánamo. Originado a partir del nengón, cuyas letrillas insinuantes servían para ofender el honor de los soldados españoles en la guerra de la independencia, ambos son precursores del son cubano. El changüí muestra huellas de patrones rítmicos la rumba (de origen bantú) y de estructuras de canciones tradicionales españolas, y surge en un paisaje históricamente caracterizado por los ingenios (haciendas de origen canario) para procesar la caña de azúcar con mano de obra esclava africana.
A través de esta música podríamos explorar el viaje de la caña de azúcar desde el sudeste asiático hacia occidente, pasando por su cultivo en Al-Ándalus o su llegada a Gran Canaria a lo largo del siglo XVI, desde donde parte hacia el Caribe con Cristóbal Colón en su segundo viaje. Es allí donde los esclavos africanos comenzaron a fermentar su jugo, proceso que generó la destilación del ron en América, a partir de la refinación de subproductos de la cosecha de caña. Este nuevo producto, el ron, viajó de vuelta para insuflar vida a los ingenios azucareros grancanarios, en declive tras el auge caribeño.
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Grabaciones de toque de percusión en ceremonia shango en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago. Para rastrear el origen de estos ritmos tenemos que trasladarnos al occidente africano, cuna ancestral de dioses y hombres, de donde procede la adoración a Changó, orisha de la religión yoruba, señor de la danza y los tambores batá. Su culto se extendió hacia América a través del comercio de esclavos que incluía a puertos canarios y caboverdianos en sus derroteros. A partir de los tambores batá se derivan los usados en las ceremonias shangó de Trinidad, fruto del sincretismo producido en el Caribe entre orisha y el bautismo espiritual.
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Parece que el cultivo del plátano se domesticó por vez primera en el Sudeste asiático, desde donde se propagó por Asia y Oceanía hasta llegar a África y al Mediterráneo en el siglo VII, a Canarias en el siglo XV, y desde allí hacia América, en un viaje incesante hacia el oeste.
Sin embargo, la música que suena no es del Sudeste asiático sino grabaciones de toque de percusión en una ceremonia shango en Puerto España. Nos permitimos aquí esta anomalía para conectar la platanera (Musa sp.) con el Caribe en una suerte de ofrenda al sincretismo. Tras ser introducidas en el Caribe por Fray Tomás de Berlanga, el cultivo de la platanera junto a la caña de azúcar, impulsó la llegada de colonos canarios y esclavos africanos a las plantaciones caribeñas. Allí, a pesar de la prohibición de sus rituales y su conversión forzada al catolicismo, los esclavos supieron mantener sus creencias bajo otras figuras: el africano Changó se hibridó con la europea Santa Bárbara, la palmera regia cubana pasó a ser uno de sus lugares de culto y el plátano, originario del Sudeste asiático, una de sus ofrendas esenciales…